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La cumbre

Hace un par de días, la activista cubana Rosa María Paya fue retenida e interrogada por varias horas en el aeropuerto de Tocumen de Panamá, cuando se disponía a ingresar a ese país para participar en el Foro de la Sociedad Civil, en el marco de la Cumbre de las Américas, que comienza esta semana y a la que asistirán 26 jefes de Estado. “Vas a ser deportada a Cuba si causas cualquier disturbio”, le dijeron las autoridades apenas se bajó del avión. Ella, por su parte, denunció: “Revisaron todo lo que tenía en mi cartera, ropa, y se quedaron con mi agenda por un momento”.

La joven panelista pudo ingresar finalmente a Panamá y recibió del Gobierno vecino disculpas públicas por el incómodo suceso. En todo caso, el ambiente de incertidumbre se siente en el aire de la cumbre. Un encuentro –que contará con 135 delegaciones internacionales– en el que Cuba participará por primera vez como invitado y en el que seguramente se pondrá sobre la mesa la relación diplomática con Estados Unidos. Fueron cinco exigencias las que le hizo Raúl Castro al presidente Barack Obama, entre las que se destacan: devolver el territorio de Guantánamo a la isla, retirarlos de la lista de países aliados del terrorismo y acabar con el bloqueo comercial.

Venezuela también será una razón de discusión por la reciente decisión norteamericana de declarar a ese país como una amenaza para la región. Esta es la primera cumbre a la que asistirá el presidente Nicolás Maduro, quien por estos días goza de una baja popularidad y lidera un gobierno cada vez más golpeado por los precios reducidos del petróleo. El reto de este mandatario estará en lograr respaldo de los jefes de Estado latinoamericanos para buscar que Estados Unidos retroceda en su medida. También llegarán con una popularidad a la baja los presidentes de México y Chile, que viven hoy escándalos de denuncias de corrupción en sus países.

Por supuesto que el proceso de paz de Colombia no quedará por fuera de la agenda. En un momento decisivo para el país y en el que se han dado avances históricos, la Cumbre de las Américas será el escenario propicio para que el presidente Juan Manuel Santos logre sumar apoyos que consoliden en credibilidad a los diálogos y ahoguen las voces de quienes se oponen a este camino. Y Argentina, tal y como sucedió en el último encuentro, arriba a Panamá en un momento en el que el enfrentamiento con el Reino Unido por las Malvinas vuelve a quedar en la agenda. Hay que recordar que la presidenta Cristina Fernández manifestó públicamente su desazón por la falta de apoyo por parte de los países de la región en este sentido.

Será una cumbre de gran importancia para Latinoamérica. Una oportunidad propicia para enviar un mensaje de optimismo al mundo, una oportunidad para la reconciliación con Cuba y un marco perfecto para que tanto Suramérica como Centroamérica se consoliden como un bloque con objetivos claros en materia económica. Amanecerá y veremos.

Por: Juan Manuel Ramírez Montero / Twitter: @Juamon /

Publicado Portafolio 04/20/2015