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Momento de cambios

Un apretón de manos histórico y discursos que no estaban en los cálculos de nadie. Así se resumen los hechos centrales de la Cumbre de las Américas, que el pasado sábado le dieron la vuelta al mundo. Cuba y Estados Unidos comenzaron a apagar una especie de incendio que durante 60 años trajo consecuencias socioeconómicas a las dos partes (para ser exactos, la última vez que la isla estuvo en una cumbre fue en 1958, cuando asistieron Fulgencio Batista y el presidente estadounidense Dwight Eisenhower).

Podría decirse que vivimos un momento de cambios trascendentales. Estamos asistiendo a una etapa en la que Estados Unidos eleva a carácter de diplomática su relación con Cuba y retira de la lista de países aliados del terrorismo a la isla. De hecho, según el presidente Barack Obama, el paso a seguir es el levantamiento del bloqueo comercial desde el Congreso estadounidense. Hoy, China y Rusia encabezan la lista de alternativas comerciales en América Latina. No olviden que el primero es dueño de la deuda estadounidense (más de 1,3 billones de dólares en bonos, seguido de Japón, con una cantidad muy cercana).

Otro hecho del que probablemente seremos testigos es la firma del proceso de paz con las Farc. Se trata de los mismos 60 años, que culminarán con el desmonte de una franquicia que le ha costado al país pérdidas incalculables de carácter humano, económico y social.

Claros retos tendrá que afrontar la sociedad y el Gobierno para garantizar que estos señores no vuelvan a tomar las armas. Durante la cumbre, prácticamente todos los países dieron un respaldo a los diálogos y exaltaron, como lo dijo la presidenta argentina, Cristina Fernández, la terquedad de Santos en relación con esta salida.

Y las transformaciones en términos de negocios también resultaron evidentes en el transcurso del encuentro empresarial y el Foro de la Sociedad Civil, que se llevó a cabo en el marco de la cumbre. Se acabó esa historia en la que el mecanismo para ser millonario era construir un emporio por décadas, que luego se heredaba. Hoy, cientos de jóvenes crean ideas que generan varios ceros a la derecha: desde los computadores de su casa o en el garaje, se hacen ricos en cuestión de meses. Por eso, el mercado de aplicaciones en el teléfono crece y hace la vida más amable de los usuarios (ese será un próximo tema). Por los pasillos del Riu Plaza y el Centro de Convenciones Atlapa, en Panamá, desfilaron los ejecutivos de Facebook, Google y otros menos conocidos.

Es un hecho que el mundo marcha a un ritmo diferente y que tenemos el privilegio de vivir una época cambiante. Somos testigos de titulares que ponen fin a largos periodos de conflictos y diferencias. Es una oportunidad para subir los escalones y posicionar al país como una economía optimista, pujante y con resultados reales sobre el bienestar general.

El mundo cambia, ¿y nosotros?

Por: Juan Manuel Ramírez Montero / Twitter: @Juamon /

Publicado Portafolio 04/20/2015